Presupuestos: inicio y final de una Alcaldía.
El 13 de mayo de 2016 tomaba posesión del cargo de Alcaldesa de la Ciudad de Alcalá de Guadaíra, Ana Isabel Jiménez Contreras. Lo hacía a propuesta unánime de sus ocho concejales y era aclamada por toda la asamblea del PSOE local. En su discurso de investidura decía cosas como: “El compromiso que asumo hoy es un contrato social con el conjunto de los vecinos y vecinas de Alcalá y un mandato democrático, nacido de este Pleno, para iniciar un nuevo tiempo político en nuestra Ciudad, al que voy a dedicar toda mi capacidad de diálogo, trabajo y todo mi compromiso personal, con el firme deseo de mejorar la vida del conjunto de los alcalareños y las alcalareñas”
Efectivamente, el siete de marzo de 2017, ocho meses después, se aprobaba el presupuesto municipal para ese año, con los votos del PSOE y Ciudadanos y la abstención de PP e IU. Como decían entonces, “El Proyecto de Presupuestos, con un montante de 76,2 millones de euros, es realista y equilibrado, apuesta por la cohesión social, el empleo y el desarrollo sostenible, y es fruto del trabajo constructivo y dialogante del conjunto de fuerzas políticas municipales”.
El pasado jueves, día 21 de febrero, toda la oposición, de forma conjunta y tumultuosa, derrotaba y echaba atrás la propuesta de presupuesto para 2019. Sólo dos años después, todo se viene abajo y todas las palabras bonitas del inicio son ahora lanzas y acusaciones de soberbia, prepotencia, falta de dialogo y realismo, falsedad en las cuentas e incumplimientos continuos.
¿Qué ha ocurrido entre estos dos años? De todo. Desde la dimisión de cuatro concejales socialistas, que ya son solo ocho y no nueve, hasta la ruptura a pedazos de la agrupación socialista, dividida en bloques que parecen irreconciliables a cuatro días de la asamblea que elegirá a la candidatura del próximo mes de mayo.
Todo el dialogo, el encantamiento, las nuevas formas, el dialogo social, el entendimiento con los trabajadores, todo se ha venido abajo. Un presupuesto que se ha vendido con multitud de videos en las redes como promesas del PSOE, antes de aprobarse. Folletos ya vendiendo la gestión de la alcaldesa, como si todo estuviera hecho. Y, ahora, una bestial campaña también en las redes culpando a la oposición de “bloquear Alcalá” y de todos los males del ardiente infierno. Si algo se hace, lo ha hecho la alcaldesa. Si algo no se hace, “no me deja la oposición.”
Siempre se ha dicho que, sin presupuesto, todo son propuestas sin más. Así es en la administración. Y así está Alcalá ahora. Sin realidades
Por ello, este parece el final del cuento feliz. Con su aprobación se inició esa ilusión, con su rechazo parece abrirse un nuevo tiempo. ¿Qué nos traerá ese nuevo tiempo? La respuesta, tras el 26 de mayo. Bien, lo que se dice bien, no parece.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Colectivo La Plazuela.