¿Qué son las formas farmacéuticas?

Las formas siempre son importantes…

Cuando hablamos de medicamentos, normalmente nos referíamos a él por su nombre de fantasía (o marca comercial) o por su principio activo, que es la sustancia que le da la acción al medicamento, pero hay un elemento que va intrínsecamente asociado a ambas posibilidades, la Forma Farmacéutica.

Y puedes pensar como decía un amigo, que la forma farmacéutica es que el farmacéutico o farmacéutica son personas bien educadas y correctas en el trato, pero, aunque es verdad, no es de lo que quiero hablarte hoy.

La forma farmacéutica es la presentación que recibe un medicamento y que condiciona fuertemente su administración y por ello, la adherencia al tratamiento.

En términos simples, la forma farmacéutica es la envoltura o el vehículo que contiene al principio activo gracias a una serie de excipientes que ayudan a que el medicamento tenga sus propiedades. Existen varias clasificaciones, bien sea po esterilidad, por estado o por vía de administración, pero la que más se maneja en uso cotidiano es la que se hace por su estado físico, donde estas formas pueden ser sólida (comprimidos o cápsulas), líquida (suspensiones, jarabes), semisólidas (cremas, geles) o incluso en forma de gas (inhaladores). Su elección no se hace al azar, sino que está condicionada por factores como las propiedades del principio activo, la vía de administración, las características del paciente o la velocidad que elijamos para la acción del medicamento.

La importancia de la elección de la forma adecuada está en que puede determinar la adherencia al tratamiento ya que el paciente puede tener necesidades personales que necesiten ser atendidas para poder cumplir la indicación médica del tratamiento, por lo que una forma fácil de administrar y que se adapte al paciente favorecerá su cumplimiento.

Si ponemos un par de ejemplos rápidos, podemos ver que un paciente mayor con dificultad para tragar será mejor prescribir medicamentos con forma líquida antes que una forma sólida que le cueste deglutir o en el caso de pacientes con dolor crónico será más fácil aplicar medicamentos en forma de parche transdérmico de acción continua, que intentar que cumple una estricta posología de comprimidos orales.

Una buena adherencia es fundamental para asegurar la eficacia de un medicamento y aumenta la relación coste-eficacia en los tratamiento del sistema de salud ya que mejora tanto en el coste del medicamento en sí, como en evitar segundas prescripciones, reduce los costos de administración y otra serie de costos indirectos como la pérdida de productividad del paciente por un mal control de su enfermedad o los gastos por hospitalización.

En las últimas semanas hemos conocido un proyecto de ley nacional que va a aumentar la capacidad del farmacéutico para gestionar esta elección de forma farmacéutica para nuestros pacientes, algo que llevamos pidiendo durante muchos años y que es fundamental para el sostenimiento del sistema de salud ya que la farmacia es el primer dique de defensa del SNS y donde mejor conocemos a nuestros pacientes y sus necesidades ante un tratamiento, por lo que esta capacitación (legal) llegará tarde pero llegará por fin a las farmacias y a los farmacéuticos quienes llevamos muchos años sufriendo un plantón institucional que ha coartado nuestra capacidad farmacéutica de manejar las formas.

Antonio Hoys

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