CASO DE SEMEJANTE CATASTROFE NATURAL NO HUBIERA DUDADO:
ESTADO DE ALARMA
Nueve días después de que ocurriese la tragedia, vemos que no se ha
restablecido un cierto orden. He tenido la experiencia de asistir al terremoto de
Paquistán y he participado en Operaciones en el exterior, donde la labor humanitaria se
lleva en paralelo a las operaciones en curso.
El tratamiento que debe tener una zona devastada es la de una zona de operaciones, luego me voy a permitir esbozar una guía de medidas urgentes que les pueden servir para analizar si la gestión de la crisis ha sido o no acertada. Son aspectos que directamente repercuten en la supervivencia y los considero vitales, por lo que el proceso de decisión en catástrofes del tipo a la vivida en Valencia es continuo, urgente y rápido.
No se entra en tecnicismos de derecho administrativo, sobre nivel de urgencia y competencias, lo cierto es que los sistemas de alerta fallaron, y determinados pueblos han sido asolados (en dos regiones o comunidades contiguas); pero si las medidas que más
adelante se esbozan se llevan a cabo, los efectos de la catástrofe natural se mitigan, se salvan vidas por rescate, la población afectada sufre mucho menos y la vuelta a la normalidad se acelera exponencialmente. Esto de facto es lo que denominamos resiliencia: la capacidad de nuestro sistema de vida para volver a la normalidad. Esta es la lista de medidas que a mi modesto entender, objetivamente podrían haber conseguido una correcta gestión de la crisis:
– Vista la emergencia, se declara el estado de alarma de la zona afectada, delimitándose para ella la autoridad competente bajo la que se ponen todos los efectivos y medios necesarios que han de actuar para la gestión de la crisis.
– Se ordena y materializa la evacuación de la población de las zonas devastadas, si es posible por completo, o el máximo posible, desplazándolas a lugar seguro, donde se les hace la correspondiente filiación y registro de datos (domicilio y personas desaparecidas).
– Se establece un toque de queda, acordonándose pueblos, barrios o zonas desalojados con la debida vigilancia para que se eviten pillajes y saqueos. Solo se mueven y acceden a esas zonas los equipos de ayuda con la autorización e identificación debida, mediante órdenes y salvo conductos, que expide la autoridad competente. Los medios de comunicación entrarían en zona asimismo organizados y la información sería distribuida a través las
principales cadenas nacionales. Y se lleva una exhaustiva labor de control de población por parte de la Policía Nacional y FFCCSSEE.
– Se abren las principales vías de comunicación entre núcleos afectados con medios pesados, restableciéndose los pasos sobre cursos de agua allí donde hiciere falta con puentes militares. Labor de los Ingenieros del ET.
– Se ponen inmediatamente a su labor los equipos de búsqueda, salvamento y rescate, distribuyéndose todos los disponibles por áreas y un sistema de evacuación de heridos a hospitales generales cercanos.
– Restablecidas las vías de comunicación, ordenadamente, se comienza la limpieza de las vías y calles afectadas. Labor que contribuyen los servicios de Bomberos y ONG, s
autorizadas.
– Se establece una o varias zonas vertedero y deposito de vehículos, en la
que se concentran y transportan todos los materiales y vehículos siniestrados. Los vertederos municipales o de la diputación pueden servir para esta labor y contribuirán los
servicios de Limpieza reforzados con Bomberos y medios de movimiento de tierras así como transportes pesados.
– Se establece y ordenan rutas logísticas de circulación forzada para entrada y salida a las zonas afectadas. Rutas logísticas y horarios de abastecimiento, cuya labor de planificación logística recibirá el apoyo de Guardia Civil y Policía local.
– Se restablecen los servicios públicos vitales: abastecimiento de agua, electricidad y comunicaciones. Labor a cargo de las compañías de servicios públicos reportando al mando designado.
– Restablecidos los servicios públicos, y liberadas las calles de obstáculos se comienza la limpieza hogares y comercios. Casa por casa o comercio, llamándose a los titulares y en su presencia efectuarla. ¡No por empezar antes esta labor se restablece el orden antes!. Al mismo tiempo que los titulares o dueños sería deseable la presencia de agentes de seguros del consorcio nacional de seguros y privados. Cooperan en esta labor las Oficinas de Registros civiles y mercantiles. Los avisos para los propietarios y salvoconductos para trasladar a los afectados se llevan a través de la policía nacional y se publicitan en los medios de comunicación locales.
– De las
propiedades cuyos
titulares hubiesen
fallecido o
desaparecidos, se han
de localizar los familiares
directos, y de no ser fructuosa dicha búsqueda, se efectuaría recogiendo
en un acta la limpieza realizada, con anexos fotográficos, y
seguidamente clausuradas con precintos de la autoridad (Guardia Civil o Policía Nacional). Siempre que fuese posible, contar con la presencia de los agentes del consorcio nacional de seguros.
– Se establecen comedores públicos, (las familias lo pierden todo y el
hecho de la limpieza de
un hogar no evita la
necesidad de alimentar
y vestir a la población
afectada durante varias
semanas). Se
establecen menús
generales equilibrados,
teniendo en cuenta la
temporada y los casos
de incompatibilidades
gastronómicas. A esta labor suelen cooperar las ONG, s asignándoles zonas (Cruz Roja, Cáritas y otras).
– Se establece un centro de recepción de ropa y alimentos, de modo que la solidaridad sea bien canalizada. Asimismo se establecen almacenes de ropa y enseres, que clasifiquen y gestionen las donaciones de ropa, que dependiendo la época del año, se prevea la demanda de los afectados. Del Centro de recepción, externo a la zona afectada, se
distribuirá clasificada a través de varios centros de entrega a establecer por núcleos de población afectados (Bebes, niños, mujeres y hombres).
– En Plazas y en Polígonos industriales se instalan aseos y wáteres químicos públicos, así como la limpieza y el mantenimiento de los mismos. Uno de los problemas domésticos en estas catástrofes es evitar que las personas esparzan sus heces y micciones por cualquier parte, llegándose a contaminar, el terreno circundante, el ambiente y finalmente acuíferos.
– Realizada la
limpieza de hogares,
se autorizaría la vuelta
a los mismos, la
apertura de fábricas,
asistencia a lugares
de trabajo,
funcionamiento de
colegios y entes
públicos, mercados,
comercios, para que con la mayor diligencia posible se vaya restableciendo la normalidad.
– La salubridad e higiene (análisis de agua y limpieza de redes de alcantarillado y aguas negras) es un aspecto que no se descuidaría en toda la operación y se controlaría a través de un Autoridad de Sanidad y equipos que también dependerían del Mando designado para la gestión del Estado de Alarma.
Cuando se volviese a una normalidad estándar, es decir servicios de agua, luz y comunicaciones, vida en las casas, comercios, seguridad de las propiedades privadas,…se levanta el toque de queda, se suprimen las medidas establecidas y se restablecen los derechos que se hubieren limitado.
El Mando designado va evaluando las capacidades y medios necesarios que deben ir entrando en acción, mediante turnos y relevos, dando trabajo y actividad simultánea a la
mayor maquinaria
disponible. Establece
asimismo un ciclo de
mando y control
continuado, en los que se actualiza la información y
se analiza la situación
mañana y noche,
permaneciendo al
corriente de la situación
las 24 horas, tomándose decisiones conforme los cambios de la misma y
trasladando la información resultante a los medios de comunicación a través de Ruedas de prensa con entradas en los telediarios de mañana, tarde y noche.
Del mismo modo que hubiesen entrado personas y medios se analizaría su progresiva retirada, para una vez levantado el estado de alarma se vuelva a un régimen de vida cotidiano, aun con las limitaciones de los daños que quedasen por restituir.
Hay varias organizaciones de Mando en nuestras FAS, en especial en el Ejército con capacidad para gestionar y liderar estas situaciones, pero señalaría además del propio Mando de la UME, el Mando de la Fuerza Terrestre, La Inspección General del ET, el Mando de Canarias, Baleares Ceuta y Melilla (para sus respectivas zonas).
Cooperan asimismo
los mandos de zona
de la Guardia Civil y
Policía Nacional, que
integrarían las
policías locales y
estos a disposición
de aquellos. Los
órganos de
Protección civil, las ONG, s y Bomberos a través de sus centros de gestión
y dirección, también se pondrían a disposición del mando designado.
Se insiste en la unidad de acción que se conseguiría con el establecimiento del estado de alarma y nombramiento de una autoridad que a demanda, fuese solicitando tanto al JEMAD, como a los Mandos de la Guardia Civil , Policía, Protección Civil y Gobernadores civiles la Transferencia de autoridad de cuantas unidades y organismos fuesen necesarios para mitigar rápida y ágilmente la catástrofe.
NOTA: No se entra en tecnicismos normalizados de niveles de emergencia y competencias, si son dos o más autonomías las afectadas para poder declarar el estado de alarma, porque no hay duda que la coordinación de estos esfuerzos en una gran zona que es literalmente arrasada se consigue con unidad de acción, orden y disciplina a través de un mando único. De hecho a las pruebas me remito, la gestión en Valencia no es nada satisfactoria y aún
queda por reconducirse.
Juan Pedro Rodríguez Manjón-Cabeza, Coronel de Ingenieros y Diplomado del Estado Mayor.