Artículo de opinión: El ninguneo político y sus mensajes encriptados
En política, los gestos hablan tanto como las palabras, a veces incluso más. Lo ocurrido hoy en un acto oficial en nuestra ciudad no es un simple desliz de protocolo, sino una manifestación clara de las dinámicas de poder y las prioridades políticas del momento. La polémica ha envuelto el acto después de que el presidente de la Junta, o sus asesores, decidieran relegar al portavoz del Partido Popular (PP), Esaú Pérez, a un segundo plano, mientras que una concejal del PSOE, Rocio Bastida, ocupaba un lugar privilegiado en primera fila.
Este incidente, que a simple vista podría parecer una cuestión de organización, es en realidad un claro menosprecio hacia los representantes locales del partido que lidera la Junta. Resulta cuanto menos irónico, y a la vez significativo, que el portavoz del PP, partido gobernante en la Junta, haya sido invisibilizado en un acto donde debería haber tenido una posición destacada. Este ninguneo ha sido interpretado por muchos como un mensaje deliberado del presidente hacia su propia formación política, sugiriendo una fractura o, al menos, una falta de sintonía con la representación municipal.
Las críticas no se han hecho esperar, y con razón. Los concejales del PP han sido prácticamente borrados de las fotos oficiales, relegados a un segundo plano tanto física como mediáticamente. En cambio, la imagen de los concejales del PSOE ha sido utilizada estratégicamente para sacar rédito político de unas obras en las que no han tenido nada que ver. Mientras, el PP demuestra desunión y falta de respaldo a sus representantes locales.
El problema no es solo de percepción. Para los votantes y simpatizantes del PP en la ciudad, este gesto puede interpretarse como una falta de respeto hacia sus representantes elegidos democráticamente. La política se nutre de símbolos y gestos, y cuando los líderes del partido no son capaces de respaldar a sus propios concejales, se envía un mensaje de debilidad y falta de cohesión interna.
En definitiva, este acto, lejos de ser un evento protocolario sin mayores implicaciones, ha dejado al descubierto las tensiones y divisiones internas en el PP y ha proporcionado al PSOE una oportunidad para capitalizar políticamente una situación que, de otro modo, no habría sido tan significativa.
El presidente de la Junta ha cometido un error de cálculo político al relegar a sus propios representantes en la ciudad, y las consecuencias de este gesto podrían sentirse mucho más allá de la anécdota de una foto. Los ciudadanos están atentos, y la unidad de un partido, especialmente en el ámbito local, es crucial para mantener la confianza del electorado.
En política, como en la vida, los detalles importan. Y cuando esos detalles envían señales de discordia y desprecio, es el momento de replantear las prioridades y recordar quiénes son los verdaderos protagonistas del juego democrático: los ciudadanos y sus representantes locales.
María José Casal
Están muy guapos los políticos,sean del partido que sean. Pero que engañarán a los que se dejen engañar. Menos fotos y más mirar por el pueblo. Con la edad que tengo, ya me dejé engañar bastante. Maldita falsedad.