La tragedia que hizo a Alcalá de Guadaíra crear un tanque de tormentas para evitar más inundaciones.
Las inundaciones mortales de Valencia, los coches amontonados en la calle, las muertes producidas por la riada no son nada nuevo para los vecinos de Alcalá de Guadaíra. Tras el desastre de Valencia son muchos los vecinos que no pueden dejar de recordar aquel fatídico dos de octubre de hace 17 años. Cuando el centro de Alcalá de Guadaíra se convirtió en una trampa mortal para muchos, que tuvieron que luchar por sus vidas para salir de sus coches mientras se los llevaba el agua. Como en Valencia, también hubo muchos testimonios de héroes que salvaron la vida de muchas personas y por desgracia, dos muertes.
Tras la desgracia, el alcalde que gobernaba por aquel entonces la ciudad, Antonio Gutiérrez Limones, se planteó dar una solución definitiva a las inundaciones que se producían en la zona centro cada vez que llovía. Se hizo un estudio sobre las necesidades de la ciudad para evitar las inundaciones, que la propia orografía de Alcalá provocaba ante situaciones de lluvias extremas que colapsaban la antigua red.
La solución fue construir en pleno Parque Centro un tanque de tormentas, una infraestructura que se inauguró en enero de 2012.
Tanque de Tormentas
Esta infraestructura supone un depósito subterráneo de retención de aguas pluviales con capacidad de 8.000 metros cúbicos (con volumen máximo de 11.500m3), cuenta con conexiones con los colectores cercanos. Sirve para que el excedente de las aguas procedentes de la zona de la avenida General Prim y del norte de la ciudad, ante un episodio importante de tormenta, sea retenido en el tanque para devolverlo a la red de las calles Luna y Mairena posteriormente.
El depósito cuenta con diez espacios compartimentados que se llenan progresivamente. El agua es retenida en el tanque y devuelta a la red una vez asegurado que no existen riesgos de inundación. Su sistema de vaciado logra la salida de las aguas almacenadas en menos de tres horas.
La construcción es una planta poligonal de 60 metros de longitud y anchura libre de 31 y 39 metros, realizando la descarga estrictamente por gravedad regulada por una válvula de guillotina.
Presupuesto
El Tanque de Tormentas supuso en su día un importante esfuerzo por parte de todas las administraciones implicadas; del Ayuntamiento, Emasesa y la Junta de Andalucía. Este proyecto, contó con un presupuesto de 5,2 millones de euros.
Limpieza de imbornales
Pero no fue esta la única solución a las inundaciones. La gota fría de 2007 también puso de manifiesto la necesidad de limpiar imbornales, muchos estaban repletos de hojas y no tragaban y otros se taponaron con la granizada que cayó. Precisamente, para que esto no vuelva a ocurrir se organizó un trabajo sistemático preventivo de limpieza de redes y de los 13.665 imbornales existentes en la ciudad durante todo el año.
Estos trabajos consisten, tanto en la retirada de lodos y otros residuos sólidos procedentes del arrastre que realizan las aguas pluviales en la vía pública, en el imbornal y en sus acometidas, como sobre los residuos decantados en los colectores que forman los 365 kilómetros de redes de la localidad. A ello se añade la limpieza en superficie sobre los imbornales ya limpios, especialmente referidas a la acumulación de hojas de árboles que se intensifican con los episodios de viento.
Hoy en día el tanque funciona a la perfección y los alcalareños pueden decir que desde aquel fatídico 2 de octubre la ciudad no ha vuelto a sufrir inundaciones de este tipo.