La Guardia Civil consigue arrestar en Alcalá de Guadaira al líder de una organización que en sólo tres meses llegó a producir cigarrillos falsos por valor de 11 millones de euros
La Guardia Civil de Cádiz ha detenido a otras siete personas en la segunda fase de la operación que el pasado mes de agosto desmanteló una fábrica de tabaco ilegal en Arcos de la Frontera.
En la primera fase de la operación fueron diez los detenidos, de nacionalidad paraguya y que vivían en condiciones de semiesclavitud, con jornadas de trabajo de 12 horas en una nave alquilada por la organización ahora descabezada.
Perfil bajo
En esta segunda fase de la investigación, agentes del Equipo de Policía Judicial han sido capaces de apresar al líder de la red de contrabandistas, que residía en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Hay cinco detenidos en la provincia vecina, pero también uno en Pontevedra y otro en un pequeño pueblo de Alicante.
El líder tiene nacionalidad española y un perfil bajo. Procuraba no llamar mucho la atención, pese a las importantes sumas de dinero que la red era capaz de conseguir gracias al contrabando de tabaco ilegal.
Fuentes de la investigación han asegurado que la fábrica de Arcos comenzó a funcionar el 1 de mayo y que en los tres meses en que estuvo a pleno rendimiento fue capaz de producir hasta 10 tandas de cigarrillos. Cada una de ellas era capaz de sacar al mercado 190.000 cajetillas de tabaco falsificado por valor de 1,1 millones de euros, con lo que la suma total arrojaría la bonita cifra de 10 millones.
A esta cantidad, la Guardia Civil suma el medio millón de euros en que valora la maquinaria intervenida en Arcos, y que era capaz de funcionar prácticamente como una fábrica de tabaco al uso. La distribución no sólo se quedaba en zonas de la Sierra de Cádiz o Sevilla, sino que los agentes han sido capaces de seguir la pista del tabaco hasta provincias como Badajoz, Toledo, Vigo e incluso Portugal. “Hablamos de una organización perfectamente estructurada, cuyos integrantes sabían el rol que debían asumir en cada momento y que procuraban no llamar la atención”, aseguran.
El líder de la banda, residente en Alcalá, ni siquiera tenía carnet de conducir, puesto que se lo habían retirado por infracciones diversas. No poseía un coche de alta gama y se movía siempre con alguien de su red. Se encargaba personalmente de acompañar cada envío de tabaco a los diferentes puntos de la península o Portugal para recoger el dinero acordado por la venta de las cajetillas.
El número dos de la organización era el encargado de pagar a los trabajadores, con los que el líder procuraba no tener ningún contacto. De hecho, la Guardia Civil pone de relieve el extremado cuidado que tenían en mantenerse como compartimentos estancos que funcionaban de manera coordinada pero independientes.
Tanto el líder como su mano derecha se dedicaban exclusivamente al lucrativo negocio del contrabando de tabaco, mientras que a otros miembros de la banda le constan antecedentes por delitos contra la salud pública por tráfico de drogas.
Ocho de los diez detenidos se encontraban en situación irregular en nuestro pais.
Por todo lo anterior, el Instituto Armado considera que se está ante el desmantelamiento de una de las redes más importantes de tabaco ilegal de las que operan en Andalucía.