Este verano está marcado por la fuerte incidencia en la transmisión de la Fiebre del Nilo, una zoonosis (enfermedad de animales transmitida a humanos) que afecta principalmente a pájaros, pero que encuentra en los caballos un buen reservorio en nuestra tierra.
El Virus del Nilo Occidental (VNO) es un virus de ARN del género Flavivirus (mismo género que el Dengue o la fiebre amarilla) donde el hombre resulta un hospedador accidental. Su aparición en humanos tiene hasta un 80% de casos que resultan asintomáticos. En el resto de los casos que desarrollan síntomas, tras un periodo de incubación de 3 a 15 días, se suele presentar un cuadro pseudogripal con fiebre, cefalea, dolores articulares, malestar digestivo como diarreas o vómitos o síntomas cutáneos como erupciones. Habitualmente dura de 2 a 5 días y genera inmunidad duradera.
No existe un tratamiento específico para esta enfermedad ni se ha desarrollado vacuna preventiva en humanos, por lo que se suele tratar los síntomas con analgésicos o antitérmicos.
Los casos más graves (aproximadamente el 1%) se producen es pacientes clave como pueden ser niños, personas mayores con patologías previas o pacientes con el sistema inmune comprometido. En estos casos, puede producirse una afectación neuroinvasiva produciendo principalmente encefalitis, meningitis y parálisis flácida aguda. Pueden darse otros síntomas como estupor, convulsiones, ceguera, sordera, parálisis o coma. Es clave una detección precoz de los síntomas en estos pacientes para darles de forma inmediata atención hospitalaria para recibir terapia de soporte ya que son propensos a que se produzca la descompensación de sus patologías previas como la diabetes, hipertensión u otras patologías de base, de forma que no puedan afrontar los síntomas neurológicos pudiendo llegar a desencadenar la muerte del paciente.
Desde el Consejo General de Farmacéuticos se recuerda que los antibióticos no son eficaces para el tratamiento de infecciones virales, y su uso inadecuado puede favorecer resistencias antimicrobianas indeseadas.
El VNO se transmite a través de un vector, los mosquitos, especialmente del género Culex (mosquito común) que previamente han picado a estos animales y lo transmiten a humanos. Entre humanos no se suele producir contagio ya que el virus presenta un nivel sanguíneo tan bajo que no puede producirse la transmisión.
Desde diversos organismos como la estación biológica de Doñana se ha avisado de varios factores que dan lugar a este aumento de la incidencia:
Recordemos que el mosquito común vive en nuestro entorno usando pequeñas cantidades de agua estancada como sitio de cría de sus huevos y larvas. Son sus hembras las que pican para alimentarse. Por ello, podemos establecer algunas recomendaciones higiénicas básicas que reduzcan la aparición de mosquitos en nuestro entorno:
¿Como podemos evitar las picaduras?
