La noche del pasado martes, 30 de septiembre, se vivió un episodio de gran tensión en el recinto ferial de Alcalá de Guadaíra, donde un hombre de entre 45 y 50 años se desplomó de manera repentina mientras practicaba deporte.
Alrededor de una veintena de personas se agolparon en el lugar para tratar de auxiliarlo. Un joven comenzó de inmediato las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), mientras otros testigos daban aviso urgente al 112. El afectado, que presentaba apenas pulsaciones y respiración débil, había caído desplomado por lo que parecía ser una insuficiencia cardíaca.
A los pocos minutos, llegaron al lugar dos patrullas de la Policía Local de Alcalá de Guadaíra con cuatro agentes que se hicieron cargo de la emergencia. Los policías continuaron con las maniobras de RCP y, gracias al uso del desfibrilador, lograron estabilizar al deportista hasta la llegada de la ambulancia. Finalmente, la víctima fue trasladada con pulso al hospital, donde ingresó en la UCI.
El ciudadano que ha querido dar a conocer este suceso subraya la profesionalidad y entrega de los agentes: “La verdad que hicieron un trabajo espectacular. Desde el agente que realizó las compresiones hasta los que manejaron el desfibrilador, todos demostraron una gran implicación para mantenerlo con vida. Lo que hicieron fue increíble”.
Este testimonio refleja una realidad que muchas veces pasa desapercibida: la importante labor de la Policía Local más allá de la vigilancia del tráfico. Su preparación y capacidad de respuesta en situaciones de emergencia pueden ser vitales, como en este caso.
El vecino que presenció los hechos concluye su relato con un mensaje claro: “Lo que se hace bien debe reconocerse, y hoy puedo decir que la Policía Local de Alcalá de Guadaíra demostró estar a la altura en un momento crítico”.
Nuestro agradecimiento a Diego Merino por permitirnos contar este suceso que él vivió de cerca.