El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra cortará al tráfico la céntrica calle La Mina (Nuestra Señora del Águila) a partir del 25 de agosto por unas obras que se alargarán durante 15 meses. La intervención, que incluye la reforma de la Plaza del Cabildo, busca continuar la peatonalización del centro y mejorar la infraestructura de saneamiento, aunque supondrá un importante trastorno para vecinos, comerciantes y conductores.
Pese a los discursos institucionales sobre sostenibilidad y dinamización comercial, lo cierto es que la vía principal del casco histórico permanecerá cerrada al tráfico, otra vez, y en este caso durante más de un año, alterando la circulación y el acceso a negocios. Aunque el Consistorio ha anunciado medidas paliativas —como cambios en rutas de autobuses, zonas de carga y descarga o acceso para residentes—, el impacto en la vida diaria será considerable.
La alcaldesa defiende que el proyecto será un “hito urbano”, pero muchos ciudadanos temen que, como en anteriores fases, las molestias superen los beneficios a corto plazo.
Vecinos y comerciantes se enfrentan ahora a una larga etapa de restricciones y alteraciones, especialmente sensibles en un entorno que ya ha experimentado transformaciones recientes. La actuación coincide con un contexto económico complejo, en el que cualquier dificultad añadida puede comprometer aún más la estabilidad de los pequeños negocios del centro.













