Carmen Torres: la artista que encapsula el alma del mar en madera y resina
En un rincón de Alcalá de Guadaíra, donde el arte florece al compás de la calma interior, una joven artista transforma la madera y la resina epoxi en verdaderas ventanas al océano. Se llama Carmen Torres, y su obra no solo embellece espacios, sino que reconecta a las personas con la emoción más pura del mar: la paz.
Carmen no pinta cuadros: encapsula emociones. Su especialidad es el Ocean Art, una técnica que combina resina epoxi y pigmentos para crear obras tridimensionales sobre lienzos y maderas tropicales. El resultado es sorprendente: olas que parecen moverse, aguas cristalinas, espumas blancas y brillos que capturan la luz como si fueran destellos de sol sobre el agua. Cada pieza es única, y ninguna se repite. Como el mar, como la vida.
“Mi pasión es capturar la calma y la energía del océano en piezas que no solo decoran, sino que transforman espacios y almas”, afirma Carmen con serenidad, mientras sus manos acarician una tabla de madera lista para cobrar vida.
“Si el mar te transmite calma y paz, puedo llevarte un trocito de ese mar a casa”, explica. Y no es una frase bonita: es una promesa cumplida en cada creación.
De la inspiración al interiorismo
Actualmente, esta alcalareña complementa su labor artística con un máster en Diseño y Decoración de Interiores. Es hija de Gilberto Torres, empresario de toda la vida en Alcalá de Guadaíra y fundador de la empresa Maderas Gilcar S.L., dedicada al sector de la madera. “He querido emprender en un negocio que, de algún modo, conecta con la tradición familiar, pero al mismo tiempo refleja mi esencia: una propuesta creativa que une materiales nobles con la inspiración que siempre me ha transmitido el mar”.
Para ella, el arte no termina en el lienzo: es una experiencia completa. Acompaña a sus clientes en el proceso de transformar sus hogares en refugios de bienestar, donde la madera y la resina actúan como hilo conductor entre el diseño y la emoción.
El mar, hecho arte
Carmen ha hecho de la resina un lenguaje y del mar su musa. En sus manos, la madera tropical cobra vida y se convierte en algo más que un soporte: es tierra firme para ese mar atrapado en movimiento. Con técnicas meticulosas y una sensibilidad única, crea obras que atrapan la esencia marina sin encerrar su libertad.
Cada cuadro es, en palabras de Carmen, “belleza marina atrapada en arte eterno”.
Y así, en un taller que huele a madera pulida y resina recién vertida, con sonidos suaves y colores azules envolviendo el ambiente, Carmen Torres continúa su viaje artístico, llevando a cada hogar no solo una pieza de decoración, sino un pedacito de océano, de calma y de ella misma.
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