ESCUELA DE MASCULINIDADES
Sin necesidad alguna y simplemente porque creo que es de justicia, me expongo desde esta ventana al escarnio público por defender que los hombres podemos y debemos hacer una revisión al concepto tradicional de masculinidad, para darnos cuenta de cómo la sociedad ha influido y sigue influyendo en la creación de roles de género masculinos que crean desigualdad en la vida diaria. También creo en la corresponsabilidad; ese concepto que debería ponernos frente al espejo a la hora de valorar la importancia de que los hombres asumamos un papel más presente en nuestra responsabilidad como cuidadores, tanto para el bienestar de la pareja y los hijos e hijas, como para conseguir una sociedad más igualitaria nivel general.
Porque esto y no otra cosa es lo que se trabaja en una escuela de masculinidad, a pesar de que muchos se rasgen las vestiduras, lo vean como una pamplina o se sientan ridículamente atacados en su ego más personal.
La igualdad será real en nuestra sociedad si mujeres y hombres luchamos por ella juntos, por más que las extremistas feminazis crean que ellas pueden conseguirla por sí mismas y por más que hombres cavernícolas crean que no necesitan ponerse frente a un espejo y darse cuenta de que deben cambiar muchos hábitos y costumbres que hemos heredado desde hace siglos y que están arraigadas en lo más profundo e inconsciente de nuestro ser.
No soy yo sospechoso de que me guste la gestión que este equipo de gobierno municipal hace en Alcalá y me he mostrado crítico en infinidad de ocasiones, pero hoy me apetece decir alto y claro que yo sí estoy de acuerdo con la escuela de masculinidad que desde la Delegación de Igualdad del ayuntamiento se ha puesto en marcha y sí estoy de acuerdo en que el dinero público también se destine a este tipo de iniciativas. Porque entiendo que mientras una mujer pierda su empleo, sea discriminada, sea ignorada o sea asesinada simplemente por ser mujer, todos debemos ponernos ante un espejo y pensar qué estamos haciendo mal, qué estamos dejando de hacer y qué debemos cambiar para llegar a esa ansiada sociedad igualitaria. Y porque también entiendo que la educación es el arma más poderosa y la única que a largo plazo garantiza resultados en esta lucha por la igualdad en la que deberíamos estar todos; una educación que se debe cultivar a cualquier edad y a cualquier momento vital.
Así que hala, como siempre y a pecho descubierto ahí está mi opinión, ya puede el lector que lo considere insultar lo que quiera, porque en esta lucha lo tengo muy clarito y no tengo ni un pase.
Juanlu Rodríguez.