El Ayuntamiento ha anunciado una nueva fecha para las obras paralizadas del Centro de Interpretación del Castillo (CIC). Un proyecto, abandonado en 2022 y que se encuentra de nuevo en periodo de licitación, esta fase ocupará la presente primavera.
Condiciones lamentables
Mientras tanto, el Ayuntamiento alcalareño ha mantenido el recinto en unas condiciones lamentables. Los vecinos han lanzado, numerosas veces, la voz de alarma por el estado de la zona en obras y por la peligrosidad que suponen los restos de los trabajos abandonados hace ya más de dos años y medio.
Rectifican
Las obras del CIC empezaron en el año 2021, pero quedaron paralizadas en el otoño de 2022. Hubo desacuerdos entre el Ayuntamiento y la empresa contratada por la subida de los precios de los materiales de construcción, lo que llevó a la empresa adjudicataria a abandonar la obra.
El delegado de Patrimonio, Cristopher Rivas, ha anunciado que los trabajos tendrán una duración estimada de ocho meses, teniendo previsto empezar a partir del 18 de agosto, cuando ya se hayan celebrado los cultos de La Virgen del Águila.
Esta vez al menos han decidido rectificar el proyecto, no sin antes haber recibido un aluvión de críticas por parte de los ciudadanos. Las críticas se han centrado principalmente en la estética del edificio, muy poco integrada con un entorno tan emblemático como es el Santuario del Águila.
Ahora el consistorio rectifica ‘a su manera’ y reconoce que la nueva licitación incluirá «mejoras para hacer la integración del edificio con el entorno de forma aún más sensible y para mejorar su adecuación funcional».
El Ayuntamiento culpa de esta paralización a la empresa adjudicataria de los trabajos Diaz cubero y asegura que el Consejo Consultivo Andaluz le da la razón, por lo que pueden licitar las obras de nuevo, eso sí, rectificando el proyecto original.
El nuevo proyecto más acorde con el entorno
Ahora, el responsable de Patrimonio se ha reunido con el Consejo Local de Patrimonio para exponerles el nuevo proyecto más acorde con el entorno. En su día, el proyecto fue muy criticado por los ciudadanos debido a la poca consonancia que tenía con un entorno tan emblemático como es el Santuario del Águila y el Castillo.
Entre las principales modificaciones, se encuentran la reducción del revestimiento cerámico en el edificio anexo al CIC, sustituyéndolo en gran parte por mortero blanco, manteniendo la estética tradicional de la zona. Asimismo también se incluyen la recuperación del pavimento de ladrillo en el tramo final de la calle Santa María y en la zona perimetral del CIC, además de la sustitución de la propuesta de jardinería por los clásicos naranjos en alcorques.
Otra de las modificaciones incorporadas al proyecto es la eliminación del pórtico previsto en la entrada principal del CIC, optando por una solución más ligera y menos invasiva visualmente. Al mismo tiempo se ha optado por mantener la terraza superior del depósito sin acceso público, para evitar la introducción de barandillas que pudieran alterar la percepción del conjunto patrimonial.
Finalmente se sustituirán también las barandillas y luminarias modernas por diseños más acordes con el entorno, utilizando los elementos urbanos retirados del Puente de Carlos III, como son las farolas y barandillas de forja.