El carril bici que debía unir el casco urbano con la Universidad Pablo de Olavide se ha convertido en el ejemplo perfecto de cómo una promesa institucional puede acabar diluyéndose entre anuncios grandilocuentes y una ejecución prácticamente nula.

2023, primer anuncio
Fue en marzo de 2023 cuando el Ayuntamiento presentó con entusiasmo el proyecto de un carril bici de 9 kilómetros, destinado a fomentar una movilidad más sostenible entre la ciudad y el campus universitario.
Sin embargo, un año más tarde, en 2024, la realidad se limitaba a apenas 50 metros construidos. Ninguna máquina volvió a aparecer, ni un metro más se avanzó.
2024, segundo anuncio
Lejos de asumir el retraso, en septiembre de 2024 el Consistorio con la alcaldesa, Ana Isabel Jimenez, al frente volvió a sacar a relucir el proyecto, dotado con 1,9 millones de euros procedentes de fondos europeos. Una nueva promesa, con el mismo trazado y los mismos objetivos.

2025, seguimos sin carril
Pero en abril de 2025, dos años después del anuncio inicial, los ciudadanos solo pueden seguir observando ese breve tramo inconexo, como testimonio del inmovilismo y la descoordinación de nuestros gobernantes.
Mientras tanto, el Ayuntamiento guarda silencio o recurre a fórmulas vagas sobre “reajustes técnicos” y “trámites administrativos”, pero sin dar fechas claras ni explicaciones convincentes.
El carril bici, por ahora, sigue siendo una promesa incumplida más.