Entrevista a Sandra Jaén, miembro de Izquierda Alcalareña
Conocida dentro de Izquierda Alcalareña por su especial sensibilidad hacia el medio ambiente y su firme defensa del arbolado urbano, Sandra lleva tiempo alertando de la falta de gestión técnica y planificación en esta materia en Alcalá. Durante su etapa en el Ayuntamiento, asumió por convicción personal la tarea de velar por el respeto al arbolado, un compromiso que mantiene desde la formación y que considera clave para el bienestar y la salud de la ciudad.
P. ¿Cómo veis la gestión del arbolado urbano en Alcalá?
R. Es cierto que en este mandato se han producido pequeños avances en la gestión del arbolado urbano —como el inicio de un Plan Director, una ordenanza específica o un plan de reforestación—, y eso hay que reconocerlo. También se agradece que la delegada del área haya dado la cara y mostrado interés, algo que no sucedía antes.
Pero el problema de fondo sigue siendo el mismo: quien toma las decisiones técnicas no tiene la formación adecuada, ni interés por tenerla, ni voluntad de asesorarse con quien sí la tiene.
El arbolado urbano no puede gestionarse como si fueran bancos o farolas. Requiere conocimientos de botánica, suelo, plagas, fisiología vegetal y planificación urbana. Y aquí, lamentablemente, se sigue actuando desde la improvisación y el desconocimiento. Se plantan especies en lugares inadecuados, se ejecutan podas mal planificadas y se concibe el árbol como un estorbo, no como un aliado.
En Alcalá no se ha planificado nunca la plantación; por eso encontramos ejemplares en ubicaciones donde no deberían estar, lo que provoca molestias comprensibles a los vecinos. Pero eso no es culpa del árbol, sino de una mala gestión técnica.
P. ¿Cuáles serían algunas de las medidas de Izquierda Alcalareña para mejorar el entorno urbano de Alcalá?
R. Desde Izquierda Alcalareña hemos presentado numerosas propuestas en esta línea. Una de ellas es la eliminación definitiva de los desmoches, que tanto daño hacen al arbolado. También defendemos un mantenimiento técnico planificado, que priorice el bienestar del árbol sobre la estética inmediata.
Es fundamental liberar los alcorques cerrados, que asfixian las raíces, y crear un vivero municipal que permitiría generar empleo, reducir costes y hasta obtener ingresos si se comercializan plantas con otros municipios.
Pero todo esto solo servirá si hay personal cualificado y con formación específica en gestión del arbolado urbano. No basta con ser perito agrónomo: el arbolado urbano es otra disciplina completamente distinta, con criterios propios. En ciudades como Vitoria se sigue este modelo con resultados magníficos. Si ya existen ejemplos que funcionan, ¿por qué no aprender de ellos en lugar de seguir repitiendo errores?
P. ¿Necesita Alcalá más infraestructuras de ocio natural?
R. Sí, sin duda. Y es que en naturaleza nunca es suficiente.
Más zonas verdes, más parques, más arbolado urbano, más espacios donde las personas puedan respirar y convivir. Además, sería deseable un Oromana más natural y menos ornamental, que proteja mejor la biodiversidad y la avifauna de la zona.
Los árboles y los espacios naturales no son un lujo, son una necesidad. Mejoran la salud, reducen el calor y hacen que salir a la calle, pasear o comprar sea una experiencia más agradable. Hasta el comercio local se beneficiaría de una ciudad más verde.
P. ¿Cómo calificaría el estado de Alcalá en temas de reciclaje?
R. Es una de las asignaturas pendientes. Desde Izquierda Alcalareña llevamos tiempo insistiendo en la necesidad de más puntos limpios, y sobre todo micropuntos de reciclaje en los barrios.
También propusimos máquinas de retorno de envases que ofrecieran descuentos en transporte público o taxis, para fomentar hábitos sostenibles y reducir emisiones. Estas medidas, junto con campañas educativas en colegios, podrían marcar la diferencia.
El problema es que se anuncian proyectos y pasan los meses sin avances. En medio ambiente, la lentitud se traduce en retroceso. Alcalá necesita pasar de los anuncios a la acción.
P. Hace un tiempo Izquierda Alcalareña propuso medidas para mejorar la ciudad y la calidad del aire. ¿Siguen vigentes?
R. Sí, y más vigente que nunca. Aumentar la vegetación urbana, reducir el tráfico, proteger los árboles existentes o ampliar las zonas verdes no son caprichos, son necesidades básicas para mejorar la calidad de vida.
Todo esto requiere voluntad política, planificación técnica y sensibilidad ambiental. No se trata solo de plantar árboles, sino de hacerlo bien, con criterio y respeto.
P. Para finalizar…
Aunque no tenga relación directa con el tema, no quiero terminar sin recordar que en lo que va de año son ya 35 las mujeres asesinadas por violencia de género.
Como sociedad no podemos normalizar esta tragedia. Al igual que defendemos los árboles por ser vida, debemos defender también la vida de las mujeres con la misma convicción.
Porque una ciudad que no protege a sus árboles ni a sus mujeres, no puede llamarse una ciudad justa ni sana. La lucha por la igualdad y la lucha por un entorno más humano van de la mano: ambas son una cuestión de respeto, de sensibilidad y de justicia social.
Para más información: iaalcaladeguadaira@gmail.com














Me parece una reflexión muy bien expuesta y un camino que deberíamos seguir como ejemplo de Sandra Jaén