DESDE LA ATALAYA
LAS PERSONAS MAYORES; ESE COLECTIVO OLVIDADO
En Alcalá de Guadaíra tenemos, según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, un 15,3% de la población mayor de 65 años. O lo que es lo mismo y en números absolutos, aproximadamente 12.000 alcalareños son personas mayores. Personas que soportan en mayor o menor medida los crecientes problemas que la vejez acarrea como su deterioro progresivo tanto a nivel cognitivo como de la salud, el miedo a sentirse vulnerables al ser cada vez más dependientes, la soledad familiar o la brecha digital y tecnológica que cada día los excluye más desde el punto de vista social, sólo por poner algunos ejemplos.
El ayuntamiento de Alcalá, al igual que otras administraciones locales, tiene la potestad para establecer herramientas de gestión que ayuden a crear un sistema de prevención y protección para evitar todas esas pequeñas cosas de la vida diaria que hacen que los problemas anteriormente citados aumenten y se cronifiquen. O al menos, si no evitarlo, sí minimizarlo en lo posible.
Es cierto que desde la delegación de Servicios Sociales se trabaja actualmente en ello, pero se hace de una forma tan insuficiente como superficial, no ahondando en los diagnósticos de necesidades ni en las medidas correctoras que la administración pública más cercana a la vida cotidiana de los vecinos podría y debería implementar.
Por ello, echo muchísimo de menos, porque lo considero del todo imprescindible, la creación de una nueva delegación de Personas Mayores dentro del organigrama del nuevo gobierno municipal. Una delegación exclusiva que diagnostique, estructure, proponga, ejecute y evalúe las estrategias necesarias para mejorarle la vida diaria a esas aproximadamente 12.000 personas que cada día necesitan más de todos nosotros.
Pero una delegación de verdad, no como el experimento realizado con la delegación de Accesibilidad, que entre la poca dotación presupuestaria de un gobierno poco sensibilizado con el tema, la falta de un técnico municipal preparado que trabajase en la delegación y el nulo compromiso, el desconocimiento y el profundo pasotismo de la exdelegada de Accesibilidad, todo ha quedado en agua de borrajas y en un burdo engaño a la población alcalareña por parte de la propia exdelegada con la connivencia del partido socialista.
Hecho este breve paréntesis, vuelvo a insistir en la necesidad de una delegación de Personas Mayores que incluya como eje principal un espacio de atención integral y multidisciplinar, que sirva para la prevención de enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el Parkinson o el Alzheimer, donde los abuelos puedan ejercitar la memoria, hacer ejercicio y actividades deportivas y lúdicas adaptadas a sus condiciones físicas y cognitivas, donde se realicen talleres para evitar el crecimiento de la brecha digital, para el fomento de los hábitos de vida saludables y donde la soledad que pudieran sufrir en sus hogares se vea compensada con una red de amistades diarias que ese espacio y la propia convivencia son capaces de tejer.
Por cierto y más allá de que los diferentes centros cívicos de la ciudad puedan acoger ciertas actividades relacionadas, también sería interesante que ese espacio fuera un núcleo dinámico y accesible, que esté situado en una zona céntrica, ya que además de que la población del centro de la ciudad tiene una media de edad bastante más avanzada que la del resto de nuestra localidad y de que el centro de Alcalá sufre de una falta de servicios públicos alarmante, nuestra red de transporte público puede ejercer ese papel vertebrador al facilitar la asistencia de nuestros mayores desde cualquier punto de la ciudad (bueno, menos de los diseminados y urbanizaciones de extrarradio, que de eso ya hablaremos otro día).
Se trata en definitiva de cuidar mejor y dedicar más atención a un sector poblacional que va en aumento por la inercia demoscópica de este país y su bajísima natalidad, un grupo de personas que cada día necesitan más de todos nosotros porque cada día les surgen nuevas dificultades y a los que les ha llegado la hora de dejar de dar a los demás para empezar a rebicir ellos; para que empecemos a devolverles todo lo que hemos recibido y que tantos sacrificios les supuso.
Porque una ciudad que cuida a sus mayores de forma integral y decidida, es una ciudad mejor en todos los sentidos.
Juanlu Rodríguez.
