La precariedad laboral y las sanciones disciplinarias desproporcionadas son las principales causas que han llevado a las trabajadoras de ayuda da domicilio de Alcalá de Guadaíra a convocar mañana una manifestación de protesta.
La marcha dará comienzo el miércoles 3 en torno a las 10.00 en la rotonda de Lidl y discurrirá por toda la Avenida Antonio Mairena y el centro de la ciudad hasta llegar al Ayuntamiento, en torno a las 12.00.
Noelia Pinzón, secretaria del Comité de Empresa del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), ha explicado hoy en rueda de prensa que la situación por la que pasan las 260 trabajadoras es insostenible. Reivindican desde 2019 que la gestión del servicio se municipalice y no se deje en manos privadas, como se ha venido haciendo hasta ahora. Aseguran que el servicio, contratado por el Ayuntamiento, cada vez impone medidas más precarias para las empleadas. Nos indican que el Ayuntamiento se comprometió a que el servicio mejoraría, pero estas mejoras no han llegado «estamos cansadas de que nos mientan», insiste Noelia Pinzón.
La empresa Atende (antigua Clece) es la encargada actual de gestionar este servicio.
Por un empleo digno
Pero sobre todo, re¡vindican un trabajo digno, ya que según explican «somos trabajadoras dependientes porque tenemos contratos precarios y muchas hemos tenido que volver a vivir con nuestros padres». La media de horas de estas trabajadoras a la semana es de unas 25, con lo que la mayoría no llegan a cobrar ni los 600 euros/mes. En este sentido, piden «contratos a jornada completa que nos permitan tener una vida normal» asegura la responsable sindical.
Medidas disciplinarias
Pero además, la situación se ha visto agravada con las medidas disciplinarias impuestas por la actual empresa que gestiona en SAD. En concreto, se ha llegado a despedir a una trabajadora, «un despido además nulo o improcedente, supuestamente por quejas de los usuarios», aunque el comité de empresa defiende que son otras causas, que el despido es improcedente y reclaman de nuevo la contratación de esta trabajadora. A este caso se les suman otros muchos en los que, aseguran desde el comité, que se han impuesto medidas desproporcionadas.
«Estamos desprotegidas, estamos cansadas de promesas vacías y queremos la implicación del ayuntamiento de Alcalá» concluyen las empleadas.