OPINIÓN: DESDE LA ATALAYA

EL PACTO

“El PSOE se ha convertido en un problema después de 44 años gobernando”. “Manuel Romero tiene que renunciar como concejal por la dinámica autoritaria y de exclusión de este gobierno”. “Gastar 12.000€ en La Mina en una farola demuestra que el PSOE vive fuera de la realidad”. “Los andalucistas alertan de la tomadura de pelo del programa medioambiental del PSOE”. “El PSOE sólo actúa en los barrios que les votan”. “Ampararse en dos tránsfugas para mantener la mayoría es un esperpento, el transfuguismo es corrupción política”. “El PSOE deja al museo sin la historia de Alcalá”. “El PSOE expulsa a la oposición de los actos institucionales”. “Encabezo la candidatura andalucista como acto de rebeldía frente al PSOE de Alcalá”. “El PSOE dispara el gasto en publicidad cuando se acercan las elecciones”. Y para finalizar, una de las mejores; “el PSOE compra el poder
con Ciudadanos a precio de oro”.

No seré yo quien critique a los concejales de Andalucía por Sí por haber pactado un gobierno con el partido socialista porque es algo completamente legítimo y porque además ya lo ha hecho su propia portavoz durante los últimos años, tal como queda recogido en el párrafo anterior. Quizás ahora hayan dado este paso porque piensan que sólo desde dentro del gobierno se pueden cambiar las cosas. O quizás porque tantos años de oposición aburre a las ovejas y este salto se lo planteen como un reto personal y profesional. Puede incluso que lo hagan únicamente por dinero, porque si así lo pensaba su portavoz hace cuatro años es lógico que otros podamos pensarlo ahora. La verdad solamente ellos la conocen, pero el caso es que esta decisión hace que la labor de oposición llevada a cabo por los andalucistas de nuestra ciudad desde hace años pueda quedar deslegitimada a los ojos de todos los
alcalareños que hemos visto votar a la señora Aquino en contra de todas las decisiones que el gobierno de Alcalá ha tomado en los últimos años.

Porque Lola Aquino y su segundo concejal (lugar que varias personas han ido ocupando a lo largo de estos años) jamás aprobaron ni se abstuvieron en una sola votación de presupuestos, ni a la salida del plan de ajuste, ni a la cesión de activos y pasivos de Innovar SLU, ni a la aceptación como empleados públicos de los ex trabajadores de dicha empresa, ni a la creación de Aíra, ni a nada que haya olido mínimamente a PSOE.
Podrá la señora Aquino usar el argumento que asegure que este pacto es la única forma de mantener al populismo vestido de azul y a la ultraderecha alcalareña fuera del poder consistorial y además será una verdad objetiva; como también es verdad que en los últimos cuatro años ha aprobado más mociones de VOX que expedientes de gestión de sus ahora socios de gobierno y que ha tenido en sus manos un cambio histórico en la ciudad y lo ha desechado y tirado a la basura.

No quiero ser agorero, las buenas o malas consecuencias de esta decisión las iremos viendo con el paso de los meses cuando la gestión se empiece a dejar notar, pues la conformación de un gobierno puede parecer un fin pero en realidad es sólo un comienzo. A su favor juega que, ahora sí, el andalucismo parece tener un grupo municipal cohesionado donde todos van a una, cosa que los hará poder presionar más que los anteriores socios del PSOE, que fueron perdiendo fuerza en la misma medida en que dos de sus tres concejales y la excoordinadora de gobierno fueron dejándose seducir por los encantos del poder socialista hasta terminar el mandato como vulgares jarrones chinos o floreros tránsfugas que nadie sabe dónde colocar para que al menos no molesten, pero eso sí, todos ellos a mesa y mantel puestos.

Juega en contra de los andalucistas el discurso eterno de confrontación de Lola Aquino, afianzado y aumentado esta campaña electoral con el slogan de “Hay otra forma” y un cénit televisado en forma de debate donde Lola confrontaba con un muro de piedra llamado Ana Isabel Jiménez que la ignoraba una vez tras otra; quizás sea un preludio escenificado ante toda la ciudad de lo que va a ocurrir durante estos próximos cuatro años o quizás no, ya veremos.

Por la otra parte contratante (porque habíamos quedado que tal como ocurrió con Ciudadanos en 2019 es un contrato remunerado y no un pacto ¿no? ¿o ahora sí es un pacto y antes no? Vaya lío me estoy haciendo…) el PSOE no sólo gana las elecciones casi doblando al partido que presuntamente va a liderar la oposición (digo presuntamente porque el duelo en la derecha entre Esaú Pérez y Evaristo Téllez para liderar esta oposición está servido), además amarra en su puerto al único partido que actualmente puede hacerle sombra por la izquierda mientras confrontará de forma estéril y efectista con la ultraderecha (ambos están en realidad encantados de haberse conocido), con un José Luis
Roldán lleno de la fuerza del recién llegado pero con cero capacidad de gestión municipal y además, por si fuera poco, se quita de enmedio en la primera tacada a dos de sus exconcejales más conocidos pero también menos valorados. La decisión de la Fiscalía General de incoar expediente y mandarlo a la Fiscalía Anticorrupción tras la denuncia de Ciudadanos habrá pesado lo suyo en el caso de Enrique Pavón y la enemistad del exdelegado de Servicios Urbanos, José Antonio Montero, con la nueva mejor amiga y “socia preferente” de Ana Isabel Jiménez, se presume que también. Es importante allanar el terreno a los nuevos socios, al menos el primer año; luego ya veremos. En fin, a la fuerza ahorcan, así que iremos viendo y opinando semanalmente desde esta atalaya que
se le ofrece a este que escribe sobre el desarrollo de un nuevo mandato que amenaza con circo, cabriolas, narices coloradas, trompeta de plástico y gorro con serpentina. El inicio está siendo de aúpa.

Veremos si nos toca reír o llorar.

Juanlu Rodríguez.