MÉDICO DE CABECERA, ATENCIÓN PRIMARIA… LLÁMALO X.
Hoy he estado en el centro de salud Paulino García Donas para pedir cita para el médico, que viendo como están las cosas es poco menos que entregar la carta a los Reyes Magos. Pero el caso es que me la han dado.
Al llegar, me encontré con que en el mostrador estaba el Paje Real sentado recogiendo las cartas de todos los enfermos; personas de salud débil por diversos motivos pero que son buena gente y por tanto merecedores de su regalo de Reyes particular. El Paje Real dio paso al Gran Visir, una señora maja que se ha dedicado a buscar la cita médica en el fondo del cofre de los regalos y que, después de urgar un buen rato, consiguió darme una de las que había disponible. No me ha preguntado por la gravedad de la enfermedad, que para cosas graves ya están Papá Noel con sus renos en la fachada de detrás disfrazados de servicio de urgencias.
El Gran Visir, con la ayuda inestimable del Paje Real, se dedica a repartir las prebendas del día a día, de las cosas de comer, de lo que siempre fue el médico de cabecera y que alguien convirtió un día en «atención primaria» para justificar el sueldazo recibido en 14 pagas anuales.
El caso es que para solicitar un regalo en forma de analítica rutinaria, me han dado una tarjeta preciosa con dos campanitas y un belén dibujado para que la ponga bajo el árbol de Navidad y la mire cada día hasta el 5 de enero, porque los Reyes Magos de bata blanca coinciden con sus Altezas Reales en darme el preciado regalo ese día. Así que aquí estoy, ilusionado porque al menos no moriré antes del 5 de enero, que nadie que yo conozca murió esperando una analítica.
Aprovecharé la visita al Rey Mago que me toque; telefónica por supuesto, que dispendios innecesarios los justos, porque nunca he sido yo melindroso para eso y espero que ese día, el Rey Mago que esté de turno tenga a bien regalarme esa analítica más pronto que tarde, a ver si puedo hacérmela antes de que acabe la Cuaresma…
Sin prisas ¿eh? No vaya nadie a ponerse nervioso y el día del análisis me tiren la aguja desde la acera de enfrente, cual partida de dardos o se pierda el bote de sangre, que no sería la primera vez. Además, ponerse nervioso es malo para la salud.
Casi tan malo como lo que el Partido Popular está haciendo con la atención primaria en Andalucía. Y no, tampoco me gustaba que Susana I de Triana cerrara un ala entera del hospital de Valme para dar a luz y poder decir en su televisión particular que apostaba por la sanidad pública con toda la poca vergüenza que le caracterizó siempre, como si el padre de la criatura hubiera pasado la noche en ese potro de tortura en forma de sillón que hay en el hospital de Bellavista como tantos padres alcalareños y de otros lugares hemos hecho, pero lo que llevamos viviendo ya una temporada en la atención primaria no tiene ni comparación posible ni sentido alguno. No ha existido ni existirá forma más burda, premeditada, descarada y desvergonzada de empujarnos a todos al modelo de sanidad privada.
En el tiempo que estuve en la cola hasta 3 usuarios escribieron hojas de reclamaciones.
Las mismas hojas de reclamaciones con las que los responsables políticos de la Junta de Andalucía se limpian el orto cada día mientras brindan por nosotros.
Yo esperaré con paciencia e ilusión mi regalo en forma de cita médica hasta el 5 de enero. Como me llamen y me pille sin batería, lo mismo para la siguiente oportunidad tengo que quitarme el costal para responder al teléfono. Ojalá que no.
Juanlu Rodríguez.