La abundante suciedad del río Guadaíra lleva a la alcaldesa a pedir por fin su limpieza
Alcalá ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir la limpieza del río Guadaíra. Y es que tras las intensas lluvias de esta primavera el cauce presenta imágenes desoladoras.
Sin ir más lejos (puede verse en la imagen) la base del puente romano está repleta de abundante maleza, una imagen que se repite en otras zonas del río, donde abundan los plásticos y las ramas arrastradas por la corriente. Y a todo ello, añadimos los numerosos vertidos que se vienen produciendo a menudo en la cuenca y que acaban con cientos de peces muertos.
La alcaldesa de la ciudad, Ana Isabel Jiménez, ha informado a través de una nota de prensa que ha mantenido una reunión con el presidente de la CHG, Antonio Carlos Ramón Guinea. En el encuentro la edil socialista ha puesto sobre la mesa la necesidad de acometer tareas de limpieza del cauce y las márgenes del Guadaíra a su paso por el casco urbano alcalareño, afectado por la vegetación arrastrada tras las abundantes lluvias de los últimos meses
La reunión también ha servido para demandar un mayor control sobre los vertidos a la cuenca del río, de modo que se reduzcan al mínimo los niveles de contaminación. También ha incidido en la ejecución del camino de ribera, de modo que se pueda avanzar en la recuperación total del cauce y consolidarlo dado su gran potencial como recurso turístico natural y patrimonial.
La regidora alcalareña, ha reclamado una mayor vigilancia sobre los vertidos contaminantes a cargo de empresas que, cuenca arriba, aprovechan las precipitaciones para verter sus residuos sin tratar.
Se ha planteado el estudio conjunto y coordinado de estas y otras acciones, como la ejecución total del camino de ribera, clave para el proyecto turístico alcalareño en su vertiente natural y patrimonial. Así, en breve habrá una reunión entre los equipos técnicos del Ayuntamiento y la Comisaría de Aguas para avanzar en la concreción de proyectos.
Por su parte, el presidente de la CHG se ha comprometido a visitar Alcalá, en un plazo no superior a dos semanas, como medida de impulso de estas actuaciones, sobre todo en lo concerniente a la vigilancia necesaria para evitar los vertidos que en determinadas fechas suelen producirse al río Guadaíra.